“Viajé de Bahrein hasta Beirut, fui desde el norte hasta el polo sur, no encontré ojos así como los que tienes tú” cantaba Shakira allá por el año 1999 mientras sacudía desenfrenadamente las caderas ante la mirada atónita de media humanidad. ‘Ojos así’ el tema en cuestión, se convirtió en el pistoletazo de salida para una forma de baile que ha ido ganando aficionados a lo largo de los últimos años. Hasta hace poco, la expresión “danza del vientre”nos sugería algo inconcreto relacionado con placeres lejanos, algo picante y seductor, como sacado de ‘las mil y una noches’ o el ‘kamasutra’. No mucho después de Shakira, Jennifer López y vellones ratificaban el poderío de la mujer de caderas oscilantes. Casi al mismo tiempo Panjabi MC (un dj británico de origen indio) triunfaba en las listas de toda Europa con su exótico ‘Mundian to bach ke’ y descubríamos Bollywood, la deslumbrante y divertida industria del cine indio, tan colorista como el mismísimo arco iris. Con esos ingredientes, no era difícil de predecir: hoy, recibir clases de danza del vientre es la cosa más normal. El baile oriental está de moda.
Faltaba un elemento que terminara de completar la ecuación: un disco. Pero no un disco cualquiera, sino un disco que conjugara a la perfección el movimiento de las caderas, los ritmos orientales y el color intenso de la meca del cine indio. Y para eso está Banghra. Formado por Victoria (coreógrafa, Zaragoza), Javi (cantante, Granada) y Lidia (cantante, Barcelona), este trío se han lanzado con un álbum titulado “la danza del vientre” que, a golpe de cadera, alcanzaba este verano pasado el número 3 de ventas en la lista española.
“Hay que dejar claro que lo nuestro no es danza del vientre pura y dura”, explican, “lo nuestro es fusión. Shakira ya introdujo algo de danza oriental en sus conciertos pero la gente se quedaba con ganas de más. Ahora hemos llegado nosotros para mostrarlo todo”.
Fue precisamente en una escuela de baile oriental donde se conocieron. Según explica Victoria, “Javi y Lidia se apuntaron a un seminario que impartía yo donde había creado un nuevo estilo de danza que fusionaba la tradición oriental con los nuevos ritmos. Pero quería llevar el proyecto más allá. Un día conocí al productor de Monjes Budistas que estaba interesado en montar algo étnico pero a la vez actual. Con toques orientales. Entonces les dije a Lidia y a Javi ‘¿y si probamos suerte?’ y así empezamos hasta ahora.”
Victoria es profesora de danza oriental y ha aprendido su técnica de un modo tradicional, incluso ha viajado un par de veces a Brasil para asistir a cursos de perfeccionamiento de su técnica. Sin embargo reconoce que su empeño por enriquecer la danza oriental con ritmos actuales como el reggaeton o el R&B le ha llevado a alguna discusión con algunas de sus colegas en la escuela de danza: “las puristas no me entienden”, se queja, “pero yo con mi cuerpo soy libre de expresar lo que quiera. Nosotros no pretendemos enseñar danza del vientre, lo que queremos es que la gente se sienta capaz de aprender estos pasos y que se divierta. Si quieren profundizar, pueden ir a una escuela”.
Las clases de danza oriental han pasado de ser ofrecidas por centros especializados en cultura árabe a tener cabida en gimnasios y centros de rehabilitación, debido a sus beneficios para el cuerpo humano y a lo divertido que puede ser practicarlo. María tiene 24 años y es profesora de danza del vientre desde hace casi cuatro años. Atribuye el éxito de las clases a la forma de enseñar. “Yo lo hago todo muy fácil, doy las clases de forma divertida y pretendo que cada uno vaya a su ritmo. Aprendiendo poco a poco y sobre todo lo que quiero es que mis alumnas aprendan a controlar su cuerpo y a saber que pueden moverse de una forma sexy tanto con veinte años como con sesenta”. “Muchas mujeres me confiesan que ahora se sienten más sexys, y que les he ayudado incluso a mejorar su vida sexual” y no sólo eso, María se siente satisfecha con el trabajo que hace ya que a parte de ayudar a mejorar la salud de sus alumnas, también les ayuda a superar complejos. Patricia, de 32 años, es alumna de Marta y confiesa estar esperando con ansia su clase semanal: “Me ayuda a relajarme y desconectar, es terapéutico al cien por cien, yo lo recomendaría a cualquiera. Además incluso te prepara para ser madre”. Mover las caderas es un ejercicio propicio a la hora de tener un hijo puesto que después la mujer podrá dilatar mejor. ¿Y para los hombres? No es que no haya hombres que reciban clases pero la mayor parte de los alumnos son del sexo femenino y la edad no importa: desde adolescentes hasta sesentonas, todas quieren moverse como Shakira y ahora, al ritmo de Banghra. “La edad y la experiencia que se tenga no importan”, dice Lidia (cantante del grupo Banghra) “yo vengo del pop y no me movía, sólo tocaba la guitarra y cantaba delante del micro. Soy la prueba de que este baile lo puede aprender todo el mundo”. En Madrid o Barcelona es posible encontrar clases con precios que van desde los 35 euros al mes hasta los 60 si la profesora tiene su propia compañía de danza.
El disco de Banghra lleva medio año en el mercado y a medida que sube el interés por la danza de vientre, también crecen los fans del grupo. “El otro día nos hicieron una pancarta de cartón enorme y entonces me puse a pensar en las horas que habrían invertido y me emocioné”, cuenta Victoria. “Nos han salido fans hasta en China” dice Javi. “Sí, la cosa ha sido de impresión” cuenta Lidia “no sabemos como, pero hay un foro sobre el grupo que está escrito en Chino y donde se pide que publiquen nuestro disco allí y que vayamos en concierto a mover las caderas y enseñar nuestros bailes. Hemos tenido que traducir del chino al inglés y del inglés al español para saber qué dicen de nosotros, pero todo es bueno, afortunadamente (risas)”. Puede que la internacionalización del proyecto esté cerca si los productores del grupo deciden hacer caso a las voces que les aclaman desde el lejano oriente. ¿Podría haber un segundo ‘aserejé’ o una tercera ‘macarena’?
¿Y el futuro? Hay que aprovechar el tirón que tiene lo oriental. “Grabaremos un segundo álbum” dice Javi. Afirman que seguirán fieles a su estilo mientras lleven este nombre. “Si nos piden cambiar el estilo cada uno iríamos por nuestro lado”. Lidia es más rotunda “Se acabaría Banghra porque dejaría de ser Banghra”. Victoria, en cambio, deja la puerta abierta: “Hoy por hoy, Banghra es esto, si en un futuro hay que transformarlo, ya veremos”. De momento el público ya los compara en éxito con RBD. “Nos faltaría tener una serie” deja caer Victoria. ¿Qué tal una película estilo Bollywood?
Texto: Unai García Cantó.